AL FIN..

Las horas se hicieron pocas al momento de conocernos, el tiempo galopaba al compás de nuestras risas y palabras, ya al mirarte no quería desprenderme de tu lado, quería que amaneciera contigo el nuevo día.
Había dibujado tu nombre con mis dedos sobre la ventana del auto, te envié cien besos ocultos bajo mis sonrisas.
Quien eras, o quien era yo son preguntas sin respuestas...
El paisaje conspiraba para nuestro primer encuentro, éramos locos intentando decir lo correcto en el momento incorrecto. Aún así, quería conocerte más, saber dónde habías estado, quien habías sido sin mi, o cuanto tiempo nos habíamos buscado sin encontrarnos...
La noche llegó sin demora bajo un oscuro cielo estrellado y un largo viaje a Santiago.
El aire fresco de la noche entraba por la ventanilla mientras el reflejo de las luces pasaba rápidamente sobre las ventanas para quedarse en las vías.
La comida del Restorant sólo fue un pretexto para alargar nuestra despedida, para no decirnos cuanto tiempo íbamos a demorar en extrañarnos.
La noche se puso aún más fría y sentí tu abrazo cálido, un escurridizo beso, o dos…

Supe con tu partida que algo bueno había llegado al fin...

P.M.R.C
PK2