Monday, May 07, 2007

JUMPING


Habían transcurrido solo algunos días
que parecían siglos…

Los minutos quemaban en el reloj de la pared
y mis suelas se adherían al cemento.
Iba dejando mis pisadas y miserias
tras mi espalda.

Había construido unos pequeños muros
difíciles de escalar, con alarmas,
púas y vidrios en las alturas;
Pero aun así no me sentía segura,
aun así, sentía que mi corazón
estaba vulnerable,
como si el pecho lo tuviese abierto,
como si la caparazón de costillas y piel no existieran,
y dentro, algo seguía quemando
y ardía fuerte y dolía a cada instante y en cada momento.

Era imposible separar un instante de otro,
eran todos iguales,
las horas eran todas iguales,
los días eran todas iguales,
las noches eran todas largas, frías, oscuras….

A veces al final del camino
encontraba una lucecita,
pero eran sólo espejismos en mi desierto,
en busca de agua
en busca de un oasis que me salve la vida.
Yo buscaba una luz al final del camino.
Y a veces sentía que una chispita
al fondo, a veces me alumbraba.
Cuando me acercaba a la pequeña llamita que yo había visto
no existía nada, a veces era un vidrio roto
iluminado por el brillo del sol,
a veces era una velita encendida
para alguna animita al final del camino…
pero nunca encontré nada para mi.

Un día en la desesperación de esa agonía inmensa.
Subí a las alturas del edificio más alto que encontré.
Estaba segura de que me saldrían alas.
Y al momento de estrellarme contra el suelo,
Podría elevarme hacia las alturas
y sentir verdaderamente paz.
No creía en los cuentos de hadas ni en los milagros.
Había perdido la poca fe;
la nada de fe que nunca he tenido.

Las escalas eran angostas
Y solo contaba con algunos minutos
hasta que los guardias llegaran
y me impidieran el acceso a la terraza.
Iba subiendo por el angosto pasillo,
Y la cámara de seguridad seguía mis pasos.
Emprendí la carrera…
Comencé a subir mientras una luz
se encendía en el pasillo,
yo corría con más ganas.
Ahora mis suelas se pegaban a los peldaños
y avanzaba lento.
Pero mi objetivo era llegar a las alturas
más rápido… y más rápido comencé a correr…

Se había convertido en una carrera desesperada
hasta el borde de la cornisa,
llegar a la orilla me había parecido una eternidad.
El vacío se convertiría pronto
En la piscina en la cual quería sumergirme.

Impulsándome en un solo pie,
Salté hacia al vacío, extendiendo los brazos
esperando que las alas salieran de algún lado
y elevarme por encima de las nubes hacia las alturas,
y que el sol abrasador pudiese por fin envolverme y quemarme.

No sucedió nada de eso;
La inercia me hizo caer…
Mi cuerpo comenzó a descender con rapidez
y durante dos segundos,
me sentí completamente libre,
Ya no había nada más porque luchar…
nada más porque salir a delante…

No llego el recuerdo…
Tampoco llego el olvido…
Y pronto yo,
me convertí en un cuerpo desparramado en el piso
con gente mirando por doquier.-


PK2

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