Hace unos días, me llegó la nostalgia, y estuve buscando música del recuerdo y mirando fotos viejas, de aquellas que primeramente te dan una risa, y que luego se convierte en un pudor indescriptible por el "qué dirán"... Escuchaba a Juan Luis Guerra hace unos días y es imposible escucharlo sin recordar a unas de las personas importantes de mi vida. Así como todo sucede en la vida, llegó un día para quedarse, y de la misma manera se fue de mi vida, no sin antes dejar huellas y aprendizajes importantes. La vida misma nos depara indescriptibles caminos, y así como pasó el tiempo y la llegada del Internet llegó a la vida de todos también para quedarse, un día en Diciembre del año 2007, llegó a mi "bandeja de entrada" ésta carta. Ha pasado mucho tiempo de aquello, es por eso que conmovida con éstas hermosas letras, es que dejo un poquito de mí y un poquito de él, en este espacio.
"NUNCA TE DIJE PEKAS, SOLO LUCILA, PORQUE TU NOMBRE ME PARECE PARTE DE UN POEMA O DE UNA POESÍA QUE SE ME PRESENTA CADA VEZ QUE LEO A GABRIELA MISTRAL QUE TANTO ME GUSTA, ASÍ QUE PARTIRÉ DICIENDOTE ASÍ:
Querida Lucila, Me pregunto porque cada etapa debe superarse, a veces quisiera dejar las cosas ahí y punto, pero lo que me impulsa es superior, te preguntarás como llegué hasta tu correo, muy simple, quise saber un poco de la Lucila Alcayaga cuyos escritos están llegando a Chile y son inéditos y pedí a Google que me mostrara todo lo de Lucila y ahí apareció una Lucila que conocí, la única en realidad, nunca conocí a nadie más con tu nombre.
Linda nostalgia de conversar se asomó a la ventana de mi vida, bueno, aquí estás y podemos comunicarnos sin pelear o disgustarnos. Primero quiero que perdones mi impulso de idiota, yo perdí el sentido y la orientación de la conquista, también perdí el norte hacia donde dirigirme en caso de querer verte, verte sólo por verte. He pasado por tu hogar paterno y vi lo lindo que está ése Jacarandá en la puerta de la casa, vi la piscina de un niño y sus juguetes, me sentí un intruso, ladrón, etc. No he regresado, me quedé con los lilas de los Jacarandá que seguirán floreciendo hasta cuando ya no estemos sobre esta linda tierra.
Como puedes ver, los años no pasan en vano, me sorprendió saber que ya dices 35 años, te sigo pensando con tus 20, alegre, soñadora y llena de planes, la vida nos da lo que queremos y también lo que no queremos, no dejes que se pierda esa alegría y ese humor negro que yo también cultivo y que tantos problemas me trae.
No quiero darte una lata, te aburrirás con tanta cosa que escribo, tu lo experimentaste con todas las cartas que quedaron por ahí, me imagino la hoguera que habras hecho con tanto papel, yo me quedé con algo especial que nadie lo puede quitar, el recuerdo de lo bueno y sobre todo haber hecho lo correcto al alejarte de mi, nuestras historias no eran compatibles, hoy lo sé con certeza por los camonos que he recorrido desde entnces, por lo que hago y por lo que haré. Aun tenemos cosas que decirnos y más cosas para sanarnos definitivamente, si tu quieres podemos aventar el trigo y dejar que la paja y la maleza se desprendan y quede sólo lo bueno.
Quiero saber de ti, de tu vida, de tu realidad, escríbeme con tintas de colores, una carta, sólo una carta o las que tú quieras.
Yo no tengo Internet, tiempo para entrar, muy poco, pero vendré al ciber a ver si te has acordado de mi, tanto como yo de ti.
Dame una dirección donde pueda enviar algo especial.
El parquecito está en Ñuñoa, por Manuel Montt a la altura de Sucre, doblas a la derecha y ahí hay una plaza donde me prometiste venir cada año no recuerdo en que fecha, nunca regresaste y yo olvidé la fecha, me gustaría ir denuevo contigo, no sé si será posible.
Te envío una lluvia de besos y un torrente de abrazos, pero más que nada, te envío un cariñoso saludo y mis recuerdos, a veces te siento pensando en mi, aunque no lo creas.
Hasta Pronto.
G.
